jueves, 15 de noviembre de 2007

RECORRIDO 00: CAMBIO DE RECTOR: CON LOS HUESOS DE RAMON VOY A HACER UNA ESCALERA

POR: Revista Palabras Pendientes


Se aproxima el día final del actual rectorado y en los medios no paran las alabanzas para el hombre que sacó del hoyo a la Universidad y la ha llevado a codearse con las instituciones educativas más prestigiosas del mundo. Los mismos medios que durante el salinato no paraban de hablar del desarrollo económico y la entrada de México al primer mundo, que ponían a cantar a sus estrellas “solidaridad, venceremos”, convertidos hoy en garantes del “orden y la democracia” son los que han pintado a Juan Ramón como defensor de la gratuidad, el entendimiento, el diálogo dentro de la Universidad.
Sin embargo, como los pueblos indios en 94, hay dentro del claustro académico gente que sabe que los medios engañan y aún recuerdan aquel 6 de febrero en que el ejercito disfrazado de policía, al fin puercos, entró y rompió la huelga estudiantil que luchó por mantener la gratuidad de la educación que hoy tenemos.

Ahora se apuntan al relevo distinguidos académicos que se han destacado en sus respectivas áreas de conocimiento además de ser sujetos activos dentro de la política universitaria, todos ellos con bonitas historias, currículums impresionantes y, más importante para sus fines, una vasta red de complicidades e intereses creados que los acercan a ocupar el cargo más importante dentro de la UNAM; que bien manejado servirá para que los más ambiciosos salten a puestos de mayor trascendencia, algunos dicen que hasta en presidenciables se convierten.

No obstante nuestra animadversión por cada uno de los suspirantes no es la simpatía personal lo que nos mueve a cuestionar el proceso designador del líder nato de los universitarios. El problema es más profundo, de fondo, no de forma, no importando quien sea designado rector éste llegará al puesto a través del voto de 15 incuestionables. Los 15 sabios que tomarán en sus manos el rumbo de la máxima casa de estudios del país dejando fuera de la jugada a miles que conformamos la comunidad universitaria.

¿Cómo reconocer un proceso del que no se es parte? ¿por qué el temor a la democracia con la que tanto se llenan la boca? ¿y el diálogo?
En algún momento se habló de un congreso universitario en el cual se dieran cita todas las expresiones al interior de la Universidad. En él se discutiría como tema fundamental la vigencia de una Ley Orgánica anacrónica, que aunque fue en su tiempo un avance contra las fuerzas reaccionarias se ha vuelto el sostén del proyecto neoliberal para la educación superior. Las formas de gobierno son el principal problema que tiene la universidad hoy y deberían ser tratadas en dicho congreso, así como lo relativo al funcionamiento de la academia y la investigación para ponerlas al servicio de la resolución de los grandes problemas nacionales, la cuestión del financiamiento y la responsabilidad del Estado de mantener la educación pública.
La huelga encabezada por el CGH duró más de 9 meses y fue reprimida con sólo una promesa de congreso, que a 8 años ha sido echada al bote de la basura y sustituida por una pantomima: la Reforma Universitaria por etapas. Desde luego adecuada al gusto y necesidades de una burocracia donde moran las fuerzas más oscuras de la Universidad.

Para finalizar, como decían desde tiempos inmemoriales los Thunder…:
¡¡¡¡¡¡¡¡Antiguos espíritus de Marx, transformen este cuerpo decadente en una universidad científica y popular!!!!!!!!

PD. Adelantándonos a los tiempos oficiales, recordamos que el señor Narro (el delfín) ha sido el principal operador político de De la Fuente y es quien está detrás de grupos porriles como el dirigido por su homónimo hijito en la Facultad de Derecho, la GREU.
Narro!!!!! Desde aquí la porra te saluda…

RECORRIDO 00: ATAQUES PARAMILITARES EN COMUNIDADES ZAPATISTAS

POR: PsicologÍa


Gracias al levantamiento del EZLN en 1994, los indígenas que vivían subyugados por los caciques y terratenientes pudieron apropiarse de la tierra, que es su vida, la que se las dio y la mantiene. Pudieron tomar lo que es suyo. Desde siempre, nuestros hermanos zapatistas han sido una clara muestra de resistencia, organización y dignidad. Es por esto, que el gobierno que en este país se sostiene sobre la ignorancia y la miseria de la mayoría siempre ha orquestado, sin éxito, ataques para desarticular lo que es hoy uno de los principales pilares de la lucha revolucionaria: la lucha zapatista.

Aunque los ataques paramilitares no han cesado ni un momento, a ultimas fechas incrementaron de manera gradual y sistemática, amenazando, despojando, difamando, disparando, golpeando, robando e intimidando a lo que es hoy la construcción real de autonomía, democracia y libertad. Esto sabemos es un intento desesperado por tratarse detener un proceso tangible de revolución, queriendo frenar todo aquello que vislumbre la expresión de rebeldía, lo que según ellos rompa con el "estado de derecho" y quebrante la "tranquilidad del país" tan ansiada por los poderosos. La paz que ellos quieren es la paz de la desaparición indígena, que nos acoplemos a lo que ellos entienden como democracia, que nosotros sabemos bien, no consiste en elegir al represor cada 6 años. Quieren la paz de nuestro silencio.

Los ataques paramilitares tomaron más fuerza desde el día 2 de Agosto del presente año teniendo como foco de ataque la comunidad Francisco Villa donde fue incendiada la casa de una compañera. La última denuncia de ataques se hizo por parte de la Junta de Buen Gobierno "Corazón Céntrico de los Zapatistas delante del Mundo" que fueron agredidos con el permiso de las autoridades perredistas de Zinacantán. Ningún partido político reconocido por las instituciones gubernamentales por muy de izquierda que diga ser ha denunciado estas acciones y lo que es peor , ni siquiera las instancias de derechos humanos pasar de las violaciones que se están cometiendo, clara demostración de que en realidad la gente... es lo que menos les interesa. El gobierno de nuestro país al puro estilo fascista, ha reiniciado la guerra que hasta hace pocos años había permanecido como de baja intensidad ( Por ejemplo: con la conformación de la OPDDIC, organización claramente antizapatista) como una forma más de advertirnos que el terrorismo de estado viene con todo, además usando otros mecanismos "menos visibles", intentan provocar la respuesta armada de las fuerzas zapatistas. Es decir, que los compañeros pasen por alto su palabra de alto al fuego.

Nosotros como adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, tenemos el deber de seguir la consigna de que " si tocan a uno nos tocan a todos" y organizar acciones conjuntas de denuncia y difusión, ya que el cerco mediático que se mantiene es un límite más que debemos romper. Ya que las implicaciones de una guerra como la que están viviendo nuestros compañeros, son fuertes, y nuestras respuestas deben ser con la misma intensidad.
¡Viva el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional!

¡Alto a los crímenes perpetrados en contra de las comunidades bases de apoyo Zapatistas! La Otra Campaña Va...

RECORRIDO 00: LA UNIVERSIDAD Y EL "ENEMIGO INTERNO"

POR: Núcleo Bolivariano “Judith Reyes” -CCB México

El gobierno de Felipe Calderón ha exacerbado la intensa ofensiva neoliberal que vive nuestro pueblo desde hace dos décadas. Sus objetivos son, en términos generales, completar y profundizar las privatizaciones, desmantelar los derechos sociales de los trabajadores y destruir definitivamente la soberanía nacional.

Para cumplir esos objetivos el gobierno ha instrumentado una amplia estrategia represiva que busca desarticular los procesos de resistencia socio-política y aniquilar las principales expresiones de organización popular. Esta estrategia está inspirada en la “doctrina de la seguridad nacional” –particularmente en una de sus versiones actuales: la política de “seguridad democrática” del gobierno colombiano.

La “doctrina de la seguridad nacional” establece el combate contra el “enemigo interno”. Pero como esta doctrina considera que el “enemigo interno” es el pueblo mismo, la función de las fuerzas militares y los organismos de seguridad se torna abiertamente contrainsurgente. Además, la disidencia política y la protesta social quedan proscritas en los hechos y son equiparadas a la subversión.

Este es el marco en el que hay que entender el acoso y la represión sufrida por diversos colectivos de la UNAM en los últimos años. Las movilizaciones de la izquierda universitaria, las muestras de simpatía y solidaridad de los estudiantes con los procesos revolucionarios de América Latina, las cátedras libres en las que se critica la globalización neoliberal, la creación artística y las manifestaciones culturales vinculadas a la resistencia popular constituyen para el Estado actividades del “enemigo interno”.

A esa perversa concepción responden, por ejemplo, las frecuentes campañas de propaganda negra sobre la presunta presencia de guerrilleros y “células bolivarianas” en la UNAM. Con esas campañas el Estado busca criminalizar aquellas expresiones ideológicas opuestas a la dominación de la oligarquía y el imperialismo en México y Nuestra América.

Pero la represión gubernamental contra los universitarios no se limita a la criminalización de algunas tendencias ideológicas. El asesinato de nuestros compañeros Pável González y Alexis Benhumea, el encarcelamiento de los hermanos Cerezo y las constantes amenazas de muerte contra varios activistas son hechos planificados y orquestados por el Estado mexicano bajo el esquema represivo de la “seguridad nacional”.

Por lo anterior llamamos a todos los estudiantes, académicos y trabajadores universitarios a no dejarse intimidar por estas practicas terroristas del Estado mexicano y a que sean consecuentes a los principios rectores de nuestra máxima casa de estudios: la defensa de la pluralidad de las ideas y el pensamiento crítico.

A los sectores organizados al interior de la universidad los convidamos a la unidad de acción frente a al enemigo común. Es preciso impedir la criminalización de los compañeros de lucha, por encima de las diferencias ideológicas y las distintas practicas políticas.
Ciudad de México, 31 de octubre de 2007

miércoles, 7 de noviembre de 2007

RECORRIDO 00: ACERCA DEL PATRIMONIO

POR: Galerìa Autónoma

Hablar de la Universidad implica necesariamente hablar de todo aquello que la conforma y, en particular, de los universitarios, sin los cuales no existiría. Pareciera que esto se olvida cuando se toca el tan publicitado nombramiento de Ciudad Universitaria como parte de lo que llaman Patrimonio Cultural de la Humanidad, pretendiendo imponer la idea de que la frialdad arquitectónica se encuentra por encima de los procesos de transformación que han trascendido sus muros con ideas y prácticas concretas en ámbitos como la ciencia, la tecnología, lo social y el arte (por mencionar sólo algunos) que en ella se generan.Haciendo un poco de historia, los universitarios hemos sido parte de procesos de cambio a nivel nacional, desde la búsqueda de la autonomía en 1929 hasta el cese a la privatización de la Universidad Pública con el triunfo del movimiento estudiantil de 1999-2000, ofreciendo a la sociedad una esperanza en la búsqueda de alternativas, convirtiendo el sector estudiantil en un referente del mañana que se sabe construido desde el presente. Asumiendo que somos sujetos activos de nuestra propia historia y, por tanto, partícipes de la dinámica social, nuestro aporte a las aspiraciones populares se materializa a través de la defensa y consolidación de la Universidad como el espacio fecundo que vincule los saberes para la construcción de relaciones humanas –incluidas las de producción—justas y plenas, en el sentido más amplio.La Universidad no la hace aquel muestrario fino de arquitectura funcionalista de los años cincuenta, producto de la manifestación del movimiento moderno mexicano; la hace, sí, su gente, esa conciencia crítica que por su propia condición es contradictoria y que, a la vez, se pregona como aquello que espontáneamente surge de sus paredes. Una conciencia que cuando se sale de control y se vuelve cuestionadora de sus propias formas, se convierte para las autoridades en el enemigo a combatir, aplastando intentos de organización y discusión, reprimiendo a los universitarios, violando la autonomía para salvaguardar el orden y la vida académicamente conveniente. Es necesario hacer un paréntesis para ver quién es aquel que ha ido predicando en alabados discursos su fidelidad a la Universidad pública, un rector, Juan Ramón de la Fuente, que ha demostrado en la práctica ser el mayor represor de la multicitada conciencia crítica, cerrando el diálogo para imponer con golpes su razón; que puso tras las rejas a más de mil estudiantes y expulsó a aquellos que decidieron poner en práctica el conocimiento que cuestiona para problematizar y generar alternativas; que ha impulsado reformas a los planes de estudio poniéndolos en manos del neoliberalismo; que ha utilizado a la Universidad como trampolín político para obtener frutos de sus gloriosas prácticas al servicio del sistema que mantiene la desigualdad social en el amplio sentido de la palabra. Ese rector, que aún tiene cuentas pendientes con la lastimada comunidad universitaria, golpeada con el mismo puño que recibe reconocimientos académicos y nombramientos para la Universidad, y que no está dispuesto a discutir acerca de las formas antidemocráticas con las que fue elegido y elegirá a su muy próximo sucesor.Vale entonces preguntar, en esta euforia de reconocimientos, ¿qué es aquello que se valora de la Universidad?, ¿qué es lo que como universitarios nos toca defender? Parece que no son los edificios muertos sino lo que en ellos se gesta y vive. Ahora nos toca reflexionar, discutir, organizarnos para los tiempos difíciles que se avecinan para la educación pública. Démosle vida a ese conocimiento para convertirlo en herramienta, en método para entender nuestra realidad y transformarla.