lunes, 17 de noviembre de 2008

ALGUNAS CONSIDERACIONES EN TORNO AL COMUNICADO DE LA DIRECCIÓN DE LA FFYL



El pasado 19 de septiembre, el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco Gómez, difundió un comunicado sobre los hechos violentos del pasado viernes 12. Ante dicho documento, y frente a la andanada de mentiras que se han difundido por todos los medios oficiales de la UNAM, vale la pena hacer las siguientes observaciones:

1. Las autoridades universitarias están obligadas a garantizar la seguridad de alumnos, académicos y trabajadores por igual; sin embargo, más allá de tomar medidas concretas en ese sentido, el director de la Facultad se limita a la cómoda condena de los ataques porriles, al mismo tiempo que manifiesta su apoyo a las acciones que está realizando la Rectoría en contra de los “agresores identificados”. Pero, más allá de la expulsión de algunos porros, ¿qué tipo de medidas se están tomando para acabar con el problema de raíz? Si, como tememos, esta clase de agresiones se repiten, quedará claro que con estas sanciones solamente se busca calmar la indignación que existe por la inocultable pasividad de las autoridades frente a estos hechos.

2. Apostándole tanto a la fragmentación como a la desinformación que, desgraciadamente, permea entre los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, las autoridades fabrican una verdad a modo, en donde no sólo mienten cuando dicen que procuraron en “todo momento preservar la integridad de profesores, alumnos y trabajadores”, sino que, además, mencionan que no hubo lesionados entre los miembros de la comunidad. Efectivamente, el hecho de que, afortunadamente, no haya habido heridos de gravedad, no quiere decir que no hubiera personas que resultaron con heridas leves y contusiones menores.

3. Considerando la gravedad de los hechos, llama la atención lo escueto que resulta el comunicado del Director de la Facultad. Cabe preguntarse si Ambrosio Velasco también hace suya la ridícula comparación que estableció la Rectoría entre los actos porriles y las labores propias de los grupos de activistas presentes en toda la UNAM.

4. Frente a la falta de respuestas, pero sobre todo de acciones concretas contra el porrismo (un problema que padece la universidad desde hace décadas), las interrogantes sobre la verdadera responsabilidad de estos hechos, por omisión e incluso complicidad, se extienden a todas las autoridades de la UNAM en su conjunto.


Como hemos mencionado, el porrismo en la universidad es un problema añejo. Históricamente estos grupos violentos han servido para amedrentar a los universitarios, sobre todo a aquellos que trabajan por generar la organización de los estudiantes en torno a reivindicaciones sociales y políticas dentro de la UNAM.

Teniendo en cuenta lo anterior y considerando que por estas fechas conmemoramos el XL aniversario del Movimiento estudiantil de 1968, no podemos dejar de advertir la esquizofrenia política de las autoridades universitarias. Y es que, por un lado, mientras despliegan una cantidad impresionante de recursos para la realización de eventos en torno al 68 mexicano; por el otro, el porrismo, que algunos consideran fue el detonante de la insurrección estudiantil de aquellos años, sigue presente dentro de la UNAM, con los mismos fines y… ¿con los mismos patrocinadores?

Por Fernando Vidal Olmos

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