lunes, 17 de noviembre de 2008

EL CUERPO COMO LUGAR DE RESISTENCIA




“Nos da miedo la tortura pero también nos da fuerza para hacer
una huelga de hambre, resistir… hay que tomar una conciencia o medida,
hay que estar muy atento de lo que vamos haciendo cada día pero es
fundamental prepararnos cada día, sabemos, podemos encontrar
obstáculos pero mientras haya unidad podemos seguir luchando”.

Zacario Hernández Hernández


La huelga de hambre es una acción noviolenta llevada a cabo para lograr objetivos particulares en una lucha o movimiento social; se trata de una acción de no cooperación con el Estado y cuyos objetivos concretos están fundamentados en la justicia. Como una acción efectiva y propia de los movimientos, habría que indagar sus particularidades, aciertos o deficiencias, logrando con ello una práctica consciente en el momento de este tipo de acciones, ya sea cuando nosotros las realicemos, o cuando seamos solidarios con quienes las practican. Para ello Zacario Hernández comparte su experiencia.

Zacario Hernández, adherente a la Otra Campaña y perteneciente a la organización Pueblo Creyente, fue el primero en iniciar la huelga de hambre en el penal El Amate tras cuatro años de encarcelamiento injusto. A esta iniciativa se sumaron alrededor de 48 presos políticos pertenecientes a diversas organizaciones: La Voz del Amate, La Otra Campaña, bases de apoyo zapatistas, presos del CERESO 5 y 17, La Voz de los Llanos y 17 presos de Tabasco. La consigna: su libertad.

Como toda acción que busca objetivos concretos, cualquier huelga de hambre requiere de una preparación que se logra mediante la toma de conciencia integral de identidad corporal, ética y cosmogónica. Pero no sólo implica una preparación física y psicológica por parte de quien la ejerce, sino también, que las condiciones políticas sean las oportunas para que la acción logre ser determinante y efectiva. Pasaron nueve meses para que Zacario Hernández llevara a cabo su preparación personal y las condiciones idóneas se presentaran.

Inició haciendo un poco de ejercicio desde mayo 2007, tomó vitaminas y cada tercer día dejaba de alimentarse para irse acostumbrando. Tres días antes de comenzar, recuerda "tuve que caminar alrededor del penal a decidir: en ningún momento más caminaré dentro de este penal… vivo o muerto, pero tengo que salir, incluso como ya estoy bien preparado nadie me podía detener”. Sin embargo había que ganar seguridad respecto a otros factores. La represión ante su huelga de hambre era una posibilidad latente y ante ello no había que detenerse sino actuar estratégicamente.

Esperó hasta que las condiciones de apoyo al interior de su organización fueran las idóneas. No sólo se trataba de lograr un acuerdo entre los 300 comisionados o el apoyo de los obispos, sino que la huelga debía estar acompañada de una acción determinante. Una marcha-peregrinación de Pueblo Creyente constituyó dicha acción. Alrededor de 17 mil hombres, mujeres, niños y obispos partieron el 19 de febrero de 2008 de la Ciudad de San Cristóbal de las Casas hacia el penal. Uno de los resultados de esta manifestación fue la redacción de un escrito dirigido al gobernador, que fue ampliamente respaldado por la comunidad y en el cual se exigía principalmente la liberación del compañero. Zacario platica que tuvo que esperar hasta esa fecha para obtener más fuerza de la sociedad y de "la gente que me dio la oportunidad, que me apoyaron”.

Así mismo, la defensa jurídica nunca cesó. Los pronunciamientos y denuncias de varias agrupaciones de derechos humanos y de organizaciones nacionales e internacionales, aunados a las movilizaciones de la sociedad civil, fueron acciones decisivas para fortalecer la huelga por medio de redes de solidaridad y resistencia.

El triunfo de la huelga de hambre no puede entenderse al margen de las acciones antes descritas. Su efectividad también reside en su carácter colectivo, en su capacidad de constituirse como una fuerza que mediante el alcance mediático nacional e internacional, evidencia las acciones del mal gobierno: la sofocación de la protesta, el encierro a los que decimos basta, el aislamiento de quien que construye un cambio, el castigo a quien desobedece al poder, es decir, la criminalización de la lucha social.

Pero al margen de evidenciar las estrategias maliciosas del Estado encaminadas a disolver la lucha –esta huelga de hambre en particular– habría que resaltar la claridad de objetivos y estrategias por parte de los huelguistas así como sus actos de dignidad. Esto se vio reflejado en el sostenimiento de la huelga, pero también en la resistencia ante las provocaciones, en las acciones que día con día los llevaron al triunfo. Al respecto platica Zacario “nunca respondí de manera agresiva, siempre contesté con sonrisas… me querían provocar, nunca actué o respondí de manera violenta… las autoridades buscan estrategias,…. debemos analizarlos muy bien en nuestros caminos para avanzarlos”.

La huelga de hambre y las acciones paralelas de apoyo a los huelguistas dieron resultados para algunos, pero hay que recordar que en el penal El Amate cuatro compañeros continúan presos. Las acciones para su liberación no cesarán hasta alcanzar su libertad. Zacario con su palabra humilde y sincera, afirma, “de afuera vamos a seguir manifestándonos…. exigiendo la libertad no sólo de los presos de Chiapas, sino de Oaxaca, de Almoloya, de Molino de las Flores…”

!Presos políticos libertad!

mariposasdemar@gmail.com

No hay comentarios: